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Escritura profesional en el iPad

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Hace algunos años, emocionada con mi recién adquirido iPad 2, publiqué algunas entradas en este blog relacionadas con la mejor manera de convertir el iPad en una herramienta profesional para la escritura.
Mucho ha sucedido desde entonces. Algunas de las apps recomendadas no han superado el paso del tiempo. Por otro lado, grandes ausentes de aquel momento, han llegado a su versión iOS y han transformado para siempre la experiencia de escritura en los dispositivos móviles, tanto en el iPad como, para algunas personas, en el iPhone.
En este artículo no cubro herramientas para Android porque me apego a mis dispositivos Apple y, sobre todo, porque algunos solamente tienen versión iOS.
Por otro lado, en este artículo no interesa revisar procesadores de texto o aplicaciones para combinar texto e imágenes. Para ambos casos, lo ideal es emplear el Pages o el Microsoft Word, que ya tiene versión para todos los sistemas operativos móviles.
Aquí me interesa la experiencia de escritura, en sus huesos. Aquella que nos permite convertir el iPad o el iPhone en la herramienta más ligera para llevar en cualquier lugar y situación. Aquella para transformar una hora de café en un cuento; un rato de espera, en la escena de una novela o un descanso en la playa en una continuación de nuestro ensayo o escrito.
Así que reduzco las opciones a dos apps: Ulysses y Scrivener.

 

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Ulysses
Reviso esta app de primera porque es un programa ideal para las fases iniciales de escritura de cualquier cosa, idea, proyecto o simple escritura al vuelo. En especial, aquellas que salen al calor del momento y no sabemos dónde situar, cómo clasificar o en qué se convertirán. Esos párrafos que pueden ser el inicio de un cuento, de una novela o un simple berreo para descartar después.
El Ulysses tiene una característica: a pesar de que tiene una organización bastante estructurada, separable por grupos, todo permanece en un solo lugar. Así que podemos crear varios cuadernos de “ideas”, por así decirlo, y luego decidir hacia dónde han de trasladarse los escritos.
Otra de sus ventajas es la estupenda sincronización vía iCloud. De los programas que he utilizado, ninguno se le compara. Sincroniza en tiempo real, en apenas segundos, sin que haya verdaderos conflictos. Puedo escribir en el iPad y, unos 15 a 30 segundos después, ver los cambios en mi computadora, a pesar de tener ambos dispositivos abiertos en la misma página.
En términos de respaldo y de no perder ni una palabra de escritura, este es un valor imprescindible.
Finalmente, la interfaz de Ulysses es perfecta para escribir. Tiene varios temas alternativos, ya sea diurno o nocturno. A mí, que me encanta escribir con letras claras sobre fondo negro, me resulta imprescindible tener esta opción. Se puede personalizar prácticamente todo: la tipografía, el espaciado, el ancho de la columna. De tal manera que, luego de jugar un poco con el programa, se puede transformar en la pantalla ideal, según el gusto de cada quien.
Entre las herramientas indispensables para escribir se encuentran, además, las estadísticas del texto, palabras claves, zonas para hacer anotaciones y herramientas de búsqueda.
El programa funciona con códigos multimark down, pero lo emplea de una manera sencilla, con una lista de comandos a mano y una previsualización del resultado. Sin embargo, si se utiliza un teclado externo, no es necesario aprender ningún comando o caracter especial: los atajos usuales para negrita y cursiva funcionan a la maravilla.
Confieso que me gusta más la versión de iPad que la de escritorio. Esta última la utilizo para acceder a los textos sincronizados y, desde ahí, trasladarlos a otras aplicaciones, según lo necesite.
El Ulysses, en mi opinión, no es un programa de salida, aun cuando tenga excelentes opciones de exportación, sino un programa de entrada. Es para olvidarse del entorno, alejar las distracciones y concentrarse en escribir. Es un programa para el primer borrador, para chorrear, para liberarse del silencio.
Para la siguiente etapa, está el Scrivener.

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Scrivener
Una vez que nuestra escritura tiene un rumbo definido, es momento de salir del Ulysses. Cuando en lugar de unas notas, tenemos un proyecto entre manos, el cuaderno, en su sentido más estricto, se vuelve inútil. Mis proyectos de escritura suelen ser estructurados y complejos. No me sirve nada más escribir sin ton ni son y ordenar los textos conforme van saliendo. Necesito una herramienta más poderosa.
El Scrivener, en su versión de escritorio, es uno de los programas mejor diseñados para satisfacer las necesidades de la edición y el manejo de proyectos extensos.
La versión iOS del Scrivener es mucho más limitada en sus herramientas, pero nos da acceso al proyecto, a su estructura, a sus partes, a nuestras notas e incluso a nuestro material de referencia (esa colección de archivos en PDF, HTML o de notas descartadas que se sitúan en las áreas fuera del manuscrito). El Scrivener de iOS no es para la escritura en completa libertad sino para el momento en que ha llegado la disciplina. Es para seguir lo que comenzamos en la computadora, donde quiera que estemos, y seguir escribiendo, sin parar. Incluso podemos reorganizar el texto, valorarlo en forma de fichas y, por supuesto, añadir documentos nuevos.
El Scrivener no funciona con toda la escritura dentro de un solo lugar, como el Ulysses, sino por proyectos. Se sincroniza vía Dropbox y, para mayor seguridad, la sincronización debe ser consciente y manual, no automática como la de Ulysses. Sin embargo, el programa resuelve bien los conflictos y es posible trabajar de manera segura.
En cuanto a su interfaz, el Scrivener conserva la esencia de su contraparte de escritorio, con limitaciones. Todavía carece de un modo de escritura nocturno, pero es posible escribir sin distracciones.
Otra diferencia con el Ulysses es que sí emplea formato de texto en RTF, por lo que se pueden utilizar sangrías, negritas, cursivas, subrayados, espaciado entre párrafos y, en general, el formato básico para ir mejorando el manuscrito.

En síntesis
Ambas herramientas son estupendas y me encanta utilizarlas de manera complementaria.
Uso Ulysses para las fases iniciales, para tener mis cuadernos de notas, para mi libertad y mi derroche de palabras sin dirección.
Uso el Scrivener para mis proyectos ya formados, que tienen un propósito y una dirección, que ya están avanzados y necesitan estructura. Y, más todavía, para los que ya están en proceso de edición.
Entre ambas aplicaciones, el iPad se transforma en un instrumento potente y deseable para cualquier persona dedicada a la escritura.
Una última ventaja que comparten ambas apps es la poca cantidad de recursos que consumen del sistema. Ambas corren sin problemas en mi viejo iPad 2, lo cual es mucho decir, tomando en cuenta que el Word es casi inutilizable en un aparato tan viejo como este.
Su tamaño, su peso, la duración de su batería, su discreción… En su factor forma, el iPad es ideal para escribir en cualquier momento y lugar, con el mínimo de carga y hasta con cierta discreción. Con las herramientas adecuadas, se convierte en la herramienta ideal para escribir donde uno prefiera.
Una nota final: el iPad, para ser una herramienta de escritura óptima, necesita el teclado perfecto. Cada quien deberá valorar sus necesidades en esta área, así como su entrenamiento particular. Para mí, luego de probar varias opciones, no hay mejor teclado que el teclado Apple estándar (el Magic Keyboard es el modelo vigente). Todos los demás son débiles, de teclas muy pequeñas o no lo suficientemente sensibles para mantenerse a mi ritmo de escritura. Pero hay muchas otras alternativas en el mercado, algunas más compactas, livianas y baratas. Basta que cada quien explore un poco y elija la que más se ajuste a su gusto, necesidades y presupuesto.

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La escritura por objetivos: palabras, páginas, plazos

La escritura como actividad profesional trasciende las costumbres y actos del mero pasatiempo. Un pasatiempo se realiza cuando la inspiración llame, en el tiempo libre, sin objetivos ni plazos. La escritura profesional o, cuando menos, comprometida, tiene otros requisitos: se realiza todos los días, en un horario establecido y ha de cumplir metas concretas.

Desde luego, las metas más relevantes son las de contenidos: escribir un capítulo, un apartado, un fragmento, un cuento, una escena…

Pero también existen las metas más puntuales y muy tangibles, por palabras o páginas y por plazos, ya sea para un proyecto completo o para cada fragmento, sección o apartado.

En este blog siempre hemos promovido el uso de herramientas profesionales para la escritura. Mientras que la única estadística que Word proporciona es el conteo de palabras y páginas, Scrivener (http://www.literatureandlatte.com) ofrece una auténtica herramienta para seguimiento de objetivos, en parte diseñada para apoyar a quienes participan en NaNoWriMo (el mes nacional de escritura de novelas, http://nanowrimo.org/) y, en general, para cualquier persona que se proponga establecer hábitos profesionales de escritura de textos.

Objetivos de escritura

Scrivener tiene una herramienta denominada Objetivos del proyecto. Se sitúa en el menú Proyecto.

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Una vez activada, despliega una ventana de diálogo en la que se puede especificar una meta global para el manuscrito. Si, además, se configura una fecha de finalización, el programa ayudará a calcular la meta diaria de palabras que se requiere para completar el proyecto. Para cambiar la meta global, basta poner el cursor encima de la cifra que se desea alcanzar. En el siguiente ejemplo, se pone el cursor en donde dice “50.000” y se cambia por cualquier cifra que uno desee. En donde dice “palab…” hay unas flechas con las que se puede cambiar la medida de “palabras” a “páginas”, según se necesite.

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Para configurar la fecha, es necesario accionar el botón Opciones en esa ventana de diálogo. Aparecerá otra ventana nueva en donde se podrá especificar otros detalles, como la fecha de finalización, si se desea reiniciar la sesión a la medianoche e incluso si se permitirá escribir el día de finalización del plazo.

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De esta manera quedan configurados los objetivos del proyecto. Si se activan las notificaciones, el programa emitirá un aviso cuando se alcance la meta del día; una excelente manera de mantenerse alerta y a la espera del esperado aviso de éxito.

Además de establecer metas para el proyecto, también puede ser útil definir objetivos por documento. En tal caso, se crea un documento nuevo en el manuscrito y se busca un pequeño símbolo, similar a una espiral, situado en la esquina inferior derecha de la barra inferior del documento. Se pulsa sobre el símbolo y se despliega una ventana de diálogo en donde se puede establecer una meta para ese documento.

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La ventaja de este método es que el programa mostrará una barra de avance del manuscrito que irá pasando del color rojo al amarillo, hasta llegar al verde, cuando se haya alcanzado la meta de escritura. Este método contribuye a mantener una elevada motivación y sirve para ayudarse en momentos en que la única consigna es seguir escribiendo, o cuando se tiene un proyecto muy estructurado, con partes que han de tener una extensión similar.

Estadísticas del proyecto

Scrivener se toma muy en serio la información estadística. Por esa razón, todos los documentos muestran, en la barra inferior, la cantidad de palabras y caracteres escritos. Estos datos están siempre a la vista y no hace falta buscarlos en un recóndito menú y perder tiempo de escritura en ello. Ahora bien, para revisar las estadísticas globales del documento y el estado de avance, se consulta la herramienta Estadísticas del proyecto, en el menú Proyecto. Ahí no solo puede verse la información con distintas medidas, como caracteres, palabras y páginas, sino que es posible definir hasta la cantidad de caracteres o palabras que tiene cada página, según el conteo que se realiza y decidir cuáles documentos del proyecto se toman en cuenta para la estadística.

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Estadísticas del texto

Otra herramienta para las estadísticas es la denominada Estadísticas del texto. Aquí se despliegan las estadísticas para el texto seleccionado, ya sea un solo documento o el manuscrito íntegro. Aquí, más que la cantidad de palabras, interesa la cantidad de repeticiones por palabra. Es una excelente manera de tomar conciencia de nuestros lugares comunes y latiguillos; es una ayuda esencial durante el proceso de reescritura y corrección.

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En síntesis

El uso de estadísticas solo tiene sentido cuando se saben interpretar para aplicarlas a un propósito claro. Estas herramientas informáticas son inútiles si no van aparejadas a retos puntuales, objetivos específicos, metas concretas y a una escritura constante, de ser posible diaria y sistemática. Las aplicaciones de esta manera de concebir el acto creativo son tantas como lo quiera usted. Por ejemplo, si está escribiendo un proyecto en donde conviene tener una extensión similar en todas las secciones o apartados, el establecimiento de metas por documento será un instrumento esencial para llevar un control preciso de escritura en cada momento. Por otro lado, si se participa en un reto como NaNoWriMo, se favorecerá la herramienta global y el cálculo automático de metas por sesión diaria.

En cualquier caso, el resultado siempre será el mismo: estas son tan solo herramientas y el verdadero trabajo de escritura lo realizará usted. ¡Ánimos y a aprovechar esas cifras!

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Herramientas útiles para escribir novela

Hoy es el segundo día de NaNoWriMo (http://nanowrimo.org), el mes nacional de escritura de novelas, y vale la pena hacer un repaso de algunas herramientas útiles para la escritura profesional.

Desde luego, para poner palabras por escrito, la base será siempre la misma: bastará papel y lápiz, y si solo eso se tiene, está bien. No falta más.

Pero si ya entramos a un mundo electrónico, se dispone de muchas más herramientas para poner el pensamiento por escrito, organizar las ideas, hacer un seguimiento del progreso y hasta bloquear las distracciones. Vale la pena conocer cuáles pueden ser las más útiles para hacer el salto del garabateo en papel a verdaderos instrumentos para sostener una alta y eficiente productividad.

Este artículo reúne mis herramientas favoritas.

Programa de escritura

El primer paso es elegir un adecuado programa o plataforma de escritura que sea ágil y óptimo para la creación de proyectos largos, como una novela. Olvidémonos aquí de los procesadores de texto tradicionales.

Tras mucho probar, mi programa favorito es Scrivener (http://www.literatureandlatte.com). Corre en Macintosh, Windows y Linux (más o menos); y la versión de Mac ya está disponible en español. Es un programa de pago pero con un precio muy accesible. Hay un 20 % de descuento para los participantes de NaNoWriMo y un 50 % para los ganadores. Este es el mes ideal para poner el programa a prueba, porque se libera una versión de evaluación que caducará a mediados de diciembre en lugar de los 30 días usuales.

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Otros programas de Mac especializados en la escritura creativa son Ulysses (http://www.ulyssesapp.com), que sincroniza con Daedalus, una estupenda app para iPad y iPhone; y Storyist (http://www.storyist.com), con una excelente contraparte para iPad y iPhone.

En Windows, uno de los programas de pago favoritos es Liquid Story Binder (http://www.blackobelisksoftware.com), en este momento con 50 % de descuento con ocasión del NaNoWriMo.

Otras opciones gratuitas son yWriter (http://www.spacejock.com/yWriter5.html), para Windows, y Lit Lift (http://www.litlift.com), una aplicación web para la escritura creativa.

Para combatir el bloqueo de escritura (y participar en las guerras de palabras), el mejor instrumento es Write or Die (http://writeordie.com), en cualquiera de sus versiones: aplicación web gratuita, aplicación para Mac, Windows o Linux y app para iOS. Este programa obliga a escribir contrarreloj, con la amenaza de aplicar algún castigo si se detiene el flujo de palabras, como alertas o el más drástico borrado en reversa.

Lluvia de ideas

Los procesos creativos de cada persona son distintos, pero a menudo surgen ideas por aquí y por allá que urge recopilar de alguna manera: fichas, anotaciones, esquemas a mano alzada… Desde luego, nada impide hacerlo en papel y tener un cuaderno de notas siempre listo para recopilar esas ideas fugaces que se aparecen en el momento menos esperado.

Ahora bien, si se quieren herramientas digitales para hacerlo, lo mejor es acudir a los programas para elaboración de mapas mentales. Cuán estructurados o libres sean dependerá del tipo de proceso creativo que realiza cada persona.

Los creadores de Scrivener han diseñado un programa para este proceso, Scapple (http://www.literatureandlatte.com/scapple.php), muy libre y poco estructurado que permite reproducir la experiencia de poner texto por aquí y por allá en una hoja de papel. Se plantea como un programa específico para la escritura creativa y a un precio razonable ($15), con 20 % para participantes de NaNoWriMo. El programa corre en Mac y Windows.

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Hay gran cantidad de programas genéricos para hacer mapas mentales, desde los gratuitos, como el FreeMind (http://freemind.sourceforge.net/wiki/index.php/Main_Page), hasta algunos programas que sobrepasan los $150. No recomendaré ninguno en particular, porque aquí la selección dependerá por entero de cómo trabaje la mente de cada quien.

Planeamiento de obra

Una obra puede adquirir forma mucho antes de iniciarse la escritura. Para quienes tienen la capacidad y la necesidad de planificar, elaborar una lista con viñetas no es suficiente. Se necesita una herramienta que permita ciertas cosas, como establecer jerarquías, elaborar una descripción para cada ítem y, si se puede, hacer un seguimiento de tareas. Scrivener tiene la modalidad de outline o bosquejo, pero solamente se pueden ver los documentos ya creados; no es tan funcional para planificar con antelación.

Tras muchas pruebas, mi programa favorito no es el más barato y solo corre en Mac y el iOS (por eso, me disculpo): OmniOutliner (http://www.omnigroup.com/omnioutliner/). La app de iOS, si se quiere, es hasta más atractiva que la de Mac.

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Otros programas que pueden utilizarse para elaborar esquemas y planificar obras (aunque no son tan especializados y tienen también otros usos) son el Circus Ponies Notebook (http://www.circusponies.com), para Mac y iOS; el OneNote (http://office.microsoft.com/es-hn/onenote-help/novedades-de-microsoft-onenote-2013-HA102749260.aspx), que forma parte del paquete de Microsoft Office, y el Evernote (http://evernote.com/), que es gratuito y puede utilizarse desde su aplicación web, sus versiones de Mac y Windows y sus apps para dispositivos móviles. Estos tres programas se parecen mucho en sus funciones —aunque difieren en sus interfaces y particularidades—. También tienen otra gran cantidad de funciones compatibles con la escritura creativa, el planeamiento y el seguimiento: llevar diarios, registrar el progreso, elaborar listas de pendientes, recopilar cierta información relevante y tomar notas generales. Muy recomendados los tres.

Líneas de tiempo

En una obra ficcional compleja, en donde existe una clara sucesión de eventos, con uno o varios arcos de historia y múltiples personajes, la línea de tiempo es una herramienta de gran utilidad. Aquí, el único programa que vale la pena mencionar es Aeon Timeline (http://www.scribblecode.com), diseñado para cumplir las necesidades creativas de una novela. Contempla el seguimiento de arcos de historia, líneas específicas por personaje y hasta calendarios personalizados. Los datos pueden sincronizarse con Scrivener para una experiencia más completa de ambos programas. Corre en Mac y Windows. Se puede adquirir en este momento con un 20 % de descuento, desde un vínculo en los foros de NaNoWriMo y los ganadores tendrán un 40 % de descuento.

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Concentración y productividad

Por último, para quienes sean amigos del uso de herramientas de autorregulación, puede ser útil tener a mano algún programa para obligarse a trabajar y bloquear cualquier otra distracción. En este sentido, nada le gana a Vitamin-R (http://www.publicspace.net/Vitamin-R/), que se puede combinar con Concentrate (http://www.getconcentrating.com), para bloquear, por ejemplo, Facebook y Twitter. Ambos son programas de pago y exclusivos de Mac.

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Una alternativa gratuita es emplear la técnica Pomodoro (http://pomodorotechnique.com) con un reloj de cocina o hasta un cronómetro de mano. Basta fijar sesiones de escritura de 30 minutos y sentarse a cumplirlas, sin atender ninguna otra tarea o distracción. Si alguien llama a la puerta, se le pide que vuelva al terminar el “pomodoro”. Se toman descansos de cinco minutos y se va al siguiente “pomodoro” o segmento temporal. Es muy útil para aprovechar el tiempo en estas épocas de distracciones.

Estos programas se pueden complementar con apps de ruido blanco (incluido en Vitamin-R) y de frecuencias binaurales para estimular la corteza cerebral y los procesos mentales. Hay algunas apps muy buenas para iOS que cumplen esta función. Las secuencias están diseñadas para estimular el pensamiento creativo, la concentración, la solución de problemas, la inspiración y, en general, procesos mentales de todo tipo, según el interés del usuario. Mis favoritas son las de Banzai Labs (http://www.banzailabs.com/brainwaveapps.html).

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En síntesis

Ninguna de estas aplicaciones es indispensable para escribir, no realmente. Para escribir solo hace falta… ¡escribir! Pero una vez que uno se familiariza con ellas y las incorpora en su flujo de trabajo, estas herramientas facilitan la vida y proporcionan un excelente marco para una experiencia creativa más profesional y completa. Se convierten en pequeñas claves del éxito y trucos que vale la pena compartir.

Y ahora, no más procrastinación. ¡A escribir!

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Scrivener para iPad y iPhone ya está en desarrollo

El viernes 16 de diciembre, el equipo de Literature & Latte anunció, en su blog, que las versiones de Scrivener para iPad y iPhone ya están en desarrollo, a cargo de Jen Yates.

Esta es una excelente noticia para quienes nos hemos enamorado del iPad como herramienta de escritura, pero extrañamos las funciones de Scrivener para Mac.

Todavía no se conoce la fecha en que esta app estará disponible, pero los primeros intentos se ven prometedores. Desde luego, será una versión disminuida de Scrivener, con algunas funciones esenciales y la capacidad para sincronizar con sus versiones de escritorio (Mac y Windows).

Una vez finalizada la versión de iOS, se comenzará a desarrollar la de Android.

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¿Cómo sincronizo el iPad con Scrivener?

Para quienes tengan interés en acceder a sus proyectos de Scrivener desde su iPad o iPhone, existen algunas soluciones remediales que, por ahora, son suficientes para llevarse un proyecto completo, leerlo, editarlo y añadirle textos.

La app más eficiente que he encontrado hasta el momento es Notebooks, por ser la única herramienta que permite una sincronización sin problemas, a través de Dropbox, con la función Sync with External Folder en el menú de Edit, en Scrivener.

La interfaz de Notebooks no es quizás la más atractiva de las apps de iPad para escritura. Hay quienes se quejan del exceso de información, como se muestra en la siguiente imagen:

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Sin embargo, con creatividad y la manipulación de las preferencias del programa, y colocando el iPad en posición vertical en lugar de horizontal), se puede lograr un entorno minimalista de escritura, mucho más limpio y adecuado, adaptado a las necesidades visuales y gustos de cada quien, como el siguiente:

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Procedimiento

La configuración de la sincronización entre Scrivener y Notebooks a través de Dropbox es relativamente sencilla y solo debe realizarse una vez.

  1. Si no la tiene ya, abra una cuenta de Dropbox.
  2. Configure Notebooks en el iPad o iPhone para que se sincronice con esa cuenta. Esto se hace en Configuración > Importación, Exportación y Sinc > Dropbox Sync. La primera vez que sincronice, se creará automáticamente una carpeta en Dropbox titulada Notebooks.
  3. Dentro de la carpeta de Notebooks en Dropbox, haga una carpeta nueva con el nombre de su proyecto. Asegúrese de que esté vacía antes de sincronizarla por primera vez con Scrivener.
  4. En Scrivener, abra la ventana de sincronización con una carpeta externa. Esto se hace en File > Sync > With External Folder.
  5. En la sección Shared folder, seleccione la carpeta que acaba de crear en Dropbox (la que está dentro de la carpeta de Notebooks).
  6. Si solamente desea sincronizar los documents del manuscrito, sin los documentos adicionales, active únicamente la casilla Sync the contents of the Draft folder. Si además desea tener acceso a las otras notas fuera de su borrador principal, active también la opción Sync all other text documents in the project. Tome en cuenta que no tendrá acceso a documentos PDF, HTML o JPG, aunque estén en su proyecto de Scrivener.
  7. En la sección de Format recuerde elegir el formato texto (TXT) en lugar de RTF. De lo contrario, Notebooks podrá ver sus documentos, pero no podrá editarlos.
  8. Sincronice Notebooks de iPad o iPhone. Esto se hace en el botón superior de la ventana, donde dice Notebooks. Ahí se despliega un menú con la opción Sync Dropbox.

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Una vez configurados ambos programas, usted debe recordar sincronizar siempre cuando termine de trabajar en cualquiera de las dos aplicaciones antes de pasarse a editar a la otra. Scrivener lo hace automáticamente al iniciar el programa o el proyecto y al renunciar o cerrarlo. También puede hacerlo manualmente en File > Sync > With External Folder.

Ventajas y desventajas

Ventajas del Notebooks

  • Se puede personalizar el tipo, tamaño y color de la letra.
  • Se puede cambiar el color del fondo.
  • Tiene un zoom muy eficiente que funciona con el gesto de pellizco.
  • Cualquier documento del proyecto de Scrivener o de la carpeta de notas (solo los documentos de texto) se puede leer en el iPad.
  • Cualquier texto añadido desde el iPad se importa a Scrivener con solo realizar la sincronización en un solo paso.
  • Cualquier formato aplicado desde Scrivener (negritas, cursivas, subrayados, etc.) se respeta cuando el documento viene de vuelta a Scrivener, siempre y cuando el texto no sea modificado directamente.
  • Tiene conteo de palabras o caracteres.
  • Se puede configurar una vista nocturna óptima para escribir.

Desventajas del Notebooks

  • No se pueden aplicar cursivas y negritas, puesto que debe sincronizar con archivos TXT. Si se comete el error de aplicar formato, el documento automáticamente es convertido a HTML y Scrivener no lo reconocerá.
  • No se puede cambiar el orden de los documentos desde el iPad.
  • Si el proyecto es muy grande, la navegación será incómoda porque se accede al proyecto mediante una lista plana de documentos.

Hay otras apps para escribir en el iPad, algunas más atractivas, pero con problemas de sincronización. También puede optar por soluciones híbridas, como escribir en un programa y emplear el Notebooks como puente para llevar sus textos a Scrivener. La decisión es suya. Al final del día, lo esencial es tener la libertad para escribir donde quiera, cuando quiera y como quiera, sin dolores de cabeza al pasar de una herramienta a la otra.

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