Versos sacuden el aire. Se arremolinan en el horizonte con amenaza de lluvia. Se cuelan por las nubes con rayos luminosos sobre los distraídos transeúntes. Versos invisibles en los labios de las gentes. Versos soberbios escondidos en libros empolvados. Versos antiguos de sabios largo tiempo olvidados.
El día de hoy se celebra el Día Mundial de la Poesía, según dictaminó la Unesco en su trigésima reunión en París, en 1999. Hoy es día de atrapar versos y liberarse de las corrientes palabras cotidianas. Hoy es día de entretejer sueños y erigir un mundo ideal con palabras.
Para ti, que lees Nisaba, si te dedicas a la poesía o la lees o la declamas, ¡muy feliz día!
No me dedico a la poesía, pero me gusta leerla y a veces escribo algo, así que acepto la felicitación y una para tí también por éste magnífico espacio.
“Quiero morir cuando decline el día,
en alta mar y con la cara al cielo,
donde parezca sueño la agonía
y el alma un ave que remonta el vuelo”
Gracias, Héctor. Tus versos evocaron otros, de un poeta costarricense cuyos poemas admiro, Julián Marchena. No me puedo contener las ganas de compartirlos:
Vuelo supremo
Quiero vivir la vida aventurera
de los errantes pájaros marinos;
no tener, para ir a otra ribera,
la prosaica visión de los caminos.
Poder volar cuando la tarde muera,
entre fugaces lampos ambarinos,
y oponer a los raudos torbellinos
el ala fuerte y la mirada fiera.
Huir de todo lo que sea humano;
embriagarme de azul… Ser soberano
de dos inmensidades: mar y cielo,
y cuando sienta el corazón cansado
morir sobre un peñón abandonado
con las alas abiertas para el vuelo.
Un poco tarde tal vez, pero omití mencionar que los versos son del poeta mexicano Manuel Gutiérrez Nájera. He aquí la poesía completa:
Para entonces
Quiero morir cuando decline el día,
en alta mar y con la cara al cielo,
donde parezca sueño la agonía
y el alma un ave que remonta el vuelo.
No escuchar en los últimos instantes,
ya con el cielo y con el mar a solas,
más voces ni plegarias sollozantes
que el majestuoso tumbo de las olas.
Morir cuando la luz retira
sus áureas redes de la onda verde,
y ser como ese sol que lento expira;
algo muy luminoso que se pierde.
Morir, y joven; antes que destruya
el tiempo aleve la gentil corona,
cuando la vida dice aún: “Soy tuya”,
aunque, sepamos bien que nos traiciona.
Muchas gracias por la referencia y el poema completo. Hermoso, en verdad. Curioso también que algunos versos resuenan de poema a poema…
Hace muchos años leí en una revista mexicana un poema “de amor” de Isabel Frayre del cual siempre me quedó en el recuerdo esta línea:
“(…)
y me pone mi nombre como un vestido nuevo”.
Busqué sus libros, sin éxito. Ahora podría intentarlo de nuevo, tal vez Internet me ayude.
Gracias por haberme despertado este recuerdo y mis ganas de leer más de esta poeta.